Contar con un buen set de
pinceles, varios lienzos en blanco y
ganas de aprender es algo básico para aquella persona que quiera dar sus
primeros pasos dentro del mundo de la pintura, donde poder dar rienda suelta a
su imaginación y plasmar sus ideas, anhelos, sentimientos, etc., sobre esa
superficie, algo que proporciona mucho relax a quien lo practica y que cada vez
tiene más adeptos.
Pero no todo acaba cuando se
finaliza el cuadro o cuando se deja para el día siguiente, los y las
principiantes deben saber que los pinceles y las brochas deben ser limpiados
correctamente antes de volver de nuevo a pintar.
¿Cómo se limpian correctamente y tenerlos en el mejor estado posible?
El primer paso es eliminar
el posible excedente de pintura que haya podido quedar entre sus cerdas y
cuando lo hayamos hecho es importante que tengamos un solvente adecuado para
poder limpiar mejor nuestros útiles de pintura. Algunas personas optan por agua
en caso de pinturas con base de agua como pueden ser la acuarela o los
acrílicos; y otras personas optan por el alcohol mineral o disolvente, ideal
para todas las pinturas que tengan base de aceite.
En caso de que no se sepa
qué solvente utilizar, lo mejor es asegurarse viendo la etiqueta de la pintura
que se ha usado, pero lo importante es limpiar bien los pinceles para que no
quede ningún resto. Cuando hayamos limpiado bien el pincel lo pondremos bajo el
agua y lo enjuagaremos, la fricción de las cerdas entre sí acabarán por sacar
cualquier resto que haya podido quedar.
Finalmente escurriremos los
pinceles y podemos pasarles un paño de algodón por encima, pero siempre un paño
que no deje pelusa. Lo único que queda es dejar que la brocha o pinceles sequen
al natural y ya los tendremos listos para continuar pintando en la siguiente
sesión.
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